La “fatiga Zoom” o “fatiga por Zoom” es el estado de hastío, cansancio y aburrimiento que puede sentir un usuario al atender múltiples juntas, clases o eventos en línea durante el día.
El profesor Jeremy Bailenson, fundador del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de la Universidad de Stanford, examinó las consecuencias psicológicas que puede traer el pasar horas en este tipo de plataformas.
En un artículo publicado en la revista Technology, Mind and Behaviour (Tecnología, mente y comportamiento), el académico identifica cuatro consecuencias de la fatiga de Zoom.
Expone algunos errores que presentan estos programas y sugiere algunos cambios que los mismos usuarios pueden implementar fácilmente para evitar esta fatiga.
¿Por qué es importante? Alumnos, profesionistas, docentes y empleados de gobierno y de la iniciativa privada, continúan pasando horas observando una pantalla en las tareas cotidianas de su jornada escolar o laboral.
Los cuatro problemas y las soluciones son los siguientes:
1. Contacto visual en exceso es altamente intenso. La cantidad de contacto visual que involucramos en las videoconferencias “es antinatural”.
- Nuestra mirada se encuentra todo el tiempo en los integrantes que vemos en la pantalla.
- “Un escuchante es tratado como un hablante” y el nivel de contacto visual aumenta dramáticamente.
- Es comparable con la ansiedad social, que es una de las fobias que más existen en la población: el miedo de hablar en público sabiendo que todas las miradas están puestas en ti, es una experiencia de alto estrés.
- Otra fuente de estrés es el tamaño de la ventana donde se muestra a la persona, dependiendo del monitor de cada quien (las caras suelen aparecer mucho más grandes de lo que en realidad son y pierden un sentido de comodidad).
- Cuando una persona está a corta distancia, nuestros cerebros lo interpretan como una situación intensa que llevará al apareamiento o al conflicto.
Solución. La recomendación posible es evitar el modo de pantalla completa, reducir el tamaño de la pantalla de las personas y utilizar un teclado independiente del monitor, para crear más espacio entre nosotros y la pantalla.
2. Admirarse a sí mismo durante conferencias es altamente agotador. Es comparable con la situación de tener a alguien siguiéndote con un espejo todo el tiempo, mientras hablas, discutes, tomas decisiones, das o recibes retroalimentación.
- Hay estudios que demuestran que cuando uno está en presencia de su reflejo, te vuelves más crítico de ti mismo.
- Al ver nuestro reflejo por horas en videoconferencias está teniendo sus repercusiones en nosotros mismos.
- Hay muchos estudios que comprueban que ver tu reflejo por tanto tiempo tiene consecuencias emocionales negativas en ti mismo.
Solución. Que las plataformas deshabiliten la función del reflejo de la persona en la conferencia, que el canal solo necesita ser hacia afuera. También se puede utilizar la función de deshabilitar la cámara para lograr el mismo efecto.
3. Movilidad habitual reducida. Las reuniones presenciales le daban más espacio a una persona para moverse y caminar.
- En las videoconferencias las cámaras solamente tienen un solo ángulo, por lo que la persona se ve obligada a mantenerse dentro de cuadro con poco espacio alrededor.
- El movimiento de la persona se ve limitado en formas que no son naturales.
- Investigaciones recientes destacan que las personas muestran mejores resultados cognitivos cuando se encuentran en movimiento.
Solución. Concientizarse acerca del espacio en donde hacen su trabajo y llevan a cabo sus videoconferencias, cómo está posicionada la cámara, añadir elementos adicionales como ratón o teclado, para crear flexibilidad.
4. Mayor carga cognitiva. La comunicación no verbal es mucho mayor en encuentros personales y en las plataformas de videoconferencia esto se elimina por completo.
- Cuando hay este tipo de comunicación, cada persona interpreta naturalmente los ademanes o señales subconscientemente.
- En videoconferencias tenemos que trabajar un poco más duro para mandar estas señales o recibirlas.
- Este lenguaje no verbal nos aligeraba mucho las conversaciones, porque podía reducir nuestras palabras a una simple mirada o ademán, y cuando éstas se tratan de traducir al contexto virtual pueden llegar a significar algo completamente diferente.
Solución. Cuando se encuentren en medio de reuniones largas, tomar descansos apagando la cámara y solamente usar el audio.
De esta manera, dejamos de estar no verbalmente activas por unos momentos y dejamos que la mente se tome un descanso, para que el cuerpo descanse un tiempo de la pantalla.