“Los límites de la paciencia no están en la ley”, dijo el delegado estatal de los Programas para el Desarrollo, Juan Carlos Loera de la Rosa ante las declaraciones del alcalde de Ciudad Juárez sobre la irrupción de migrantes en el Puente Internacional Paso del Norte.
- «Entiendo que no conocen la historia fronteriza y todo lo que hay detrás, pero la verdad es que creo que nuestro nivel de paciencia se está agotando», afirmó el alcalde Cruz Pérez Cuéllar.
- Sus expresiones son propias de un gobernante de derecha, no de uno como el que las y los juarenses esperaban de centro-izquierda: «se parecen a las que realizaba el sheriff Joseph Michael Arpaio», considerado como el más implacable en el tema de la migración en Estados Unidos, dijo Loera de la Rosa.
- De 1992 a 2016, Arpaio culpaba de diversas formas a migrantes mexicanos y fomentaba un discurso xenofóbico y de racismo para promoverse, señaló en conferencia de prensa el también representante del presidente de la República en Chihuahua.
- De la misma manera, dijo, el alcalde Pérez Cuéllar lo hace en contra de los migrantes venezolanos, quienes fueron engañados el pasado domingo por mensajes difundidos en las redes que prometían que iban a dejar pasar a las familias con niñas y niños.
¿Por qué es importante? El discurso del alcalde Pérez Cuéllar puede traer daños irreversibles, como provocar un odio contra los migrantes que los lleve a parar a las manos del crimen organizado, por ejemplo, de acuerdo con Loera de la Rosa.
Una caja china. Estas declaraciones, que además fueron secundadas por algunos representantes de la iniciativa privada, pueden funcionar como una caja china con la que se quiera a culpar a los migrantes de todos los desastres que tienen la ciudad, dijo.
El delegado federal señaló que los migrantes no tienen la culpa de su situación, pues se trata de personas que han sufrido mucho: ser colonizados, salir de su país, padecer violaciones de derechos humanos, discriminación, robos y constantes engaños, como el del pasado domingo.
- Ciudad Juárez tiene muchos problemas desde hace muchos años, como la operación del narcotráfico, a quienes, dijo, se les ha tenido más paciencia, o como el problema del trasporte público, que genera más problemas a las y los ciudadanos y que sigue sin resolverse.
- El problema de la migración, acentuó, es muy complejo y requiere de soluciones desde todos los frentes, el Gobierno Federal hace lo propio al regularizar su estadía por medio de los permisos del Instituto Nacional de Migración y con los albergues como el Leona Vicario, que es el más grande de la ciudad, pero se requiere la colaboración de todos.
- Lejos de ver la estancia de los migrantes como un problema, se cambie la perspectiva para verse como una oportunidad, sobre todo para la iniciativa privada, que puede encontrar una gran fuerza de trabajo en ellos.